Pintar y dibujar son dos actividades muy entretenidas y, además, no necesitas gastar una fortuna para ello. Todo lo que necesitas es un lápiz o un pincel, y algo donde producir tu obra, ya sea un cuaderno o un lienzo. De hecho, dado que son actividades tan accesibles y gratificantes, mucha gente pasa su tiempo pintando o dibujando, pasando incluso horas y horas sin parar. Sin embargo, más allá del placer de estos pasatiempos, también son muy beneficiosos para la salud.
Cómo encontrar un profesor particular de dibujo
Los profesores de dibujo tienen la ventaja de conocer a la perfección este maravilloso mundo de las artes plásticas. Además de enseñarnos a dibujar, también se encargan de organizar nuestra evolución y descubrirnos técnicas de dibujo avanzadas que, sin su ayuda, nos hubiera costado el doble de tiempo entender, asimilar y aplicar. De esta forma, nos mantendremos motivados y despertaremos ansias de conocimiento que quizás desconocíamos hasta el momento.
Para encontrar al profesor de dibujo ideal, puedes recurrir a plataformas como SuperProf, donde, además, cuentas con un Blog con interesantes publicaciones. Y, en el peor de los casos, si no encuentras ninguno que te convenza, siempre puedes pedir a tus amigos o conocidos que te recomienden un profesor de dibujo con el que ya hayan trabajado.
Razones por las que aprender a dibujar
Existen muchos argumentos válidos para lanzarse a las artes plásticas, pero, a continuación, solo vamos a mencionarte los más destacados:
1) Creatividad. Dibujar implica utilizar la imaginación. Como se trata de obras personales, cada uno utiliza su talento artístico. Así, esta actividad ayuda al desarrollo cerebral. Además, en el caso de los niños, les ayuda a facilitar la comunicación de sus ideas al resto del mundo.
2) Memoria. La prueba de ello es que las personas que sufren de Alzheimer suelen participar en talleres de dibujo y de pintura. A pesar de que les falla la memoria, esta actividad puede ayudarse a recuperar sus facultades de memoria. Al ejercitar el cerebro a través de la imaginación y de la reflexión, se observa una mejora en su salud.
3) Comunicación. Como el arte permite expresar pensamientos y sentimientos, podemos proyectar todas esas emociones indescriptibles sobre el papel o el lienzo. A través del arte, es posible superar limitaciones personales, como la timidez, el autismo u otras discapacidades.
4) Resolución de problemas. Te sorprenderá saber que el dibujo puede estimular el desarrollo del pensamiento crítico y la capacidad de resolver problemas. De hecho, estas actividades artísticas hacen ver que un problema puede resolverse de diferentes maneras. Al tomar conciencia de las infinitas posibilidades que ofrece un papel o un lienzo, se desarrolla la capacidad de pensar de una forma nueva e innovadora.
5) Reducción del estrés. Frente al agotador estrés de la vida, el dibujo puede servir para relajarse, permitiendo liberar la tensión acumulada a través del color y de los trazos dibujados. Al evadirse de los miedos y de las preocupaciones, nos adentramos en un mundo de placer, tranquilidad y entusiasmo.
6) Sentimientos positivos. Pintar y dibujar aleja los sentimientos negativos que se almacenan en nuestro interior, dando lugar a pensamientos más positivos que se ilustran en formas y colores. Tras un tiempo de práctica, la mejora en el arte del dibujo y de la pintura fomenta la autoestima y la confianza en nuestras propias capacidades, convirtiéndonos en personas más optimistas y felices.
7) Inteligencia emocional. Expresar las emociones a través del arte permite comprender mejor lo que se siente. A través de la pintura o del dibujo, podemos sentir (y transmitir) alegría, paz, amor y felicidad.
8) Movilidad. El uso del pincel o del lápiz aumenta la eficacia de los movimientos de la mano. Al mejorar la actividad cerebral, las señales se transmiten eficazmente desde el cerebro hasta las neuronas motoras.
9) Atención. Al tener que reproducir luces, sombras, colores y muchos otros aspectos, estas actividades desarrollan la capacidad de prestar atención a los detalles más pequeños. Así, los ojos se entrenan para buscar patrones y formas complejas que pueden pasar desapercibidas.
Para disfrutar de todos estos beneficios, basta con ponerse manos a la obra. Sin embargo, si no tenemos ninguna base, puede que nos frustremos rápidamente, ya que el resultado de los dibujos podría ser desalentador. Por ello, lo recomendable es contratar un profesor de dibujo para recibir clases particulares.