Las banderas nos permiten plasmar de una forma sintetizada movimientos de alto alcance. No sólo se utilizan para representar universos culturales circunscritos a determinados ámbitos geográficos (por ejemplo, las banderas de los países). También permiten conceptualizar ideologías, causas humanitarias y, por supuesto, representar a compañías.
Pero, ¿cómo diseñar la bandera perfecta? A continuación compartimos contigo algunos consejos que te ayudarán a trabajar en tu diseño y a obtener el mejor resultado. ¡Presta atención!
Busca inspiración
Existe una gran cantidad de propuestas a las que puedes recurrir en busca de algo de inspiración. Solo si hablamos de banderas de países, podemos encontrar más de 250 representando diferentes puntos del mundo. No obstante, su ámbito de aplicación va más allá del ámbito geográfico y, en muchos casos, se convierte en un estupendo soporte para transmitir ideologías o movimientos que luchan por los derechos humanos. Por ejemplo, puedes encontrar inspiración al respecto en la enorme variedad de tipos de banderas LGBT. No obstante, también puedes revisar banderas corporativas o que han sido diseñadas para representar a determinadas marcas o compañías. En realidad, ¡la variedad es infinita!
Escoge su forma y soporte
El soporte más habitual en la impresión de banderas es de estructura rectangular o cuadrada. ¿La razón? Dichas formas facilitan la legibilidad y las hacen visibles a largas distancias. Además, proporcionan una gran adaptabilidad a todo tipo de diseños. Esto no significa que no puedas escoger una estructura distinta y optar, por ejemplo, por una bandera triangular. No obstante, en caso de hacerlo deberás asegurarte de que el diseño está optimizado para ser fácilmente percibido y reconocido. Si desconoces cuáles son las medidas o proporciones estandarizadas, lo más aconsejable es que las consultes o que, incluso descargues una plantilla adaptada.
Simplifica
El minimalismo ha ido ganando protagonismo dentro de la mayoría de especialidades del diseño gráfico. Sin embargo, dentro del diseño de banderas ha sido una constante desde el origen mismo de las banderas. ¿La razón? Tratan de ser universales, fácilmente identificables y recordables. Para ello se sirven de estructuras, formas y paletas de colores sencillas. Ten esto en cuenta: Una bandera efectiva debe ser minimalista. ¡Olvida las composiciones recargadas y con excesivos detalles! Reduce tu diseño a la esencia del
concepto y acertarás.
Imprime personalidad en ella
Buscar una solución sencilla y universal no significa que debas crear una bandera despersonalizada. Al contrario, debes tratar de mantenerte fiel a tu estilo y al mismo tiempo adaptar tu diseño a la marca que representa (si es que será creada con fines corporativos). En el caso de que su objetivo sea representar a una compañía, presta atención a su discurso de marca: ¿Es elegante y minimalista? Tu propuesta de bandera también deberá serlo.
Limita tu paleta de colores
A menudo se tiende a pensar que la presencia de muchos colores puede ayudar a mejorar la visibilidad de un diseño y a identificarlo. Sin embargo, optar por una paleta de colores limitada a dos o tres componentes es lo más apropiado. Un rango de colores limitados favorecerá su memorización y su comprensión. Si, por el contrario, cuenta con muchos colores, distinguirla será más difícil y existirá un mayor riesgo de que el diseño llegue a ser disonante.